Quejarse

Quejarse

Es apropiado pensar que la práctica más importante del yoga es estar presente, presenciar con aguda precisión lo que está sucediendo en el momento en que nos encontramos. Cualquiera que intente estar presente se da cuenta, a menudo muy rápidamente, de que la mayoría de nosotros tenemos tendencia a distraernos constantemente. Detengámonos un momento para recordar que, en sánscrito, tendencia es uno de los significados de la palabra vrtti. Estas tendencias son las que aprendemos a modular en el yoga.

Una de las tendencias típicas (vrttis) que nos distrae de estar presentes es la tendencia a quejarnos. Por alguna razón, sentimos la necesidad de expresar nuestra insatisfacción o fastidio con algo que acaba de suceder, que está sucediendo o que predecimos que sucederá. ¿Te quejas alguna vez? ¿De qué te quejas? ¿Cómo se manifiesta tu insatisfacción, molestia o irritación?

Dediquemos un momento a explorar esta cuestión. Encuentra una postura cómoda. Deja ir la tensión de tu cuerpo y de tu mente, quizás respirando con inspiraciones y espiraciones largas y apacibles… Siente las sensaciones que se manifiestan en tu cuerpo aquí y ahora. Trae a tu consciencia una de tus quejas favoritas. ¿De qué se trata? ¿Cómo te hace sentir? ¿Cuánto tiempo llevas quejándote de este fenómeno, situación o acontecimiento? Ahora respira hondo y suelta la queja.

Mientras examinamos nuestras quejas, pensemos que el hecho de que puedas plantear una queja a voluntad y también dejarla ir significa que, al menos, puedes activar y desactivar tus quejas. Esto sugiere que es posible modular nuestras quejas. Esto es importante. Seamos claros, en lugar de decir que quejarse es malo y que nadie debería quejarse, es más útil explorar el papel que desempeñan las quejas en nuestras vidas.

Cuando reflexionamos sobre nuestras quejas, ¿existen diferentes tipos de quejas? ¿Existen distintos tipos de quejas según las características de la situación de la que nos quejamos? ¿O varían nuestras quejas de acuerdo con nuestro estado de ánimo? ¿Existen categorías generales de quejas, como las quejas sobre la injusticia de una situación o la utilidad o falta de utilidad de un proceso? Puede haber quejas relacionadas con un conjunto concreto de circunstancias, como cuando el clima interfiere en nuestros planes. Al proseguir esta reflexión, prestemos atención a los destinatarios de nuestras quejas: ¿van dirigidas contra algo o alguien en concreto? ¿O son una expresión de nuestro descontento general?

¿Qué utilidad tienen nuestras quejas? ¿Son nuestras quejas una forma de soltar tensión e irritación acumuladas? ¿O es una expresión de frustración porque nuestras expectativas no corresponden con la situación en la que nos encontramos? ¿Hasta qué punto nuestras quejas provocan un cambio satisfactorio en una situación concreta? ¿Es posible que algunas de nuestras quejas sean el resultado de guardar rencor o resentimiento? En ese caso, ¿Quién se beneficia con nuestras quejas?

Con el ánimo de aplicar la técnica del cambio gradual de dirección (pratipaksha bhavana), vamos a explorar dos vías de acción diferentes. La primera es una forma muy práctica de convertir las quejas en acción. Cuando exploramos la idea de la concentración en un solo punto en el Yoga Sutra 1.32, utilizamos dos preguntas específicas para dirigir nuestra concentración. Estas preguntas se pueden utilizar cada vez que nos demos cuenta de que nos estamos quejando. Primero, cuando notamos que nos estamos quejando, evaluamos: ¿Hay algo que está mal aquí y ahora? Si hay algo que está mal, nos preguntamos: ¿Puedo cambiar lo que está mal? Si podemos cambiarlo, lo cambiamos inmediatamente. Si lo que está mal está más allá de nuestro control, entonces es prudente renunciar a la ilusión de que tenemos control sobre tal situación. (Ishvara Pranidhana)

La segunda forma de actuar es comprobar si nuestras quejas nos permiten mejorar la calidad de nuestra contribución al momento en que nos encontramos. En otras palabras, nos aseguramos de que nuestras quejas se conviertan en una acción edificante. Por ejemplo, si vemos que algo no funciona, ¿podemos ofrecer una alternativa mejor? ¿Tenemos sugerencias para mejorar lo que ya existe? De este modo, en lugar de convertir nuestra queja en una mera expresión de desaprobación, que no contribuye a cambiar la situación, podemos contribuir a mejorarla.

Observa que estas técnicas son herramientas de empoderamiento porque nos ofrecen formas de aportar nuestra presencia al mundo de manera constructiva y beneficiosa. Además, estas ideas no requieren que cambies tus creencias ni que vayas en contra de tu sentido común. Como de costumbre, en lugar de creer que esto podría funcionar para resolver tus quejas, considera la posibilidad de intentarlo honestamente para ver qué ocurre. Imagina que pasaría si todas las quejas se convirtieran en acciones edificantes…

Si prefieres escuchar el podcast:

Este es un fragmento del libro Desenreda el hilo: Cómo poner en práctica la antigua sabiduría del yoga para vivir una vida feliz

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