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noviembre 19, 2019El Yoga del comer: Sabor
Como lo indica el nombre de este blog, Yoga es estar completamente presente, o sea, el Yoga no se trata de contorsionismo, sino de vivir conscientemente o de participar completamente en el discurrir de la vida. El flujo de vida depende en gran parte de la comida que consumimos y que nutre nuestros cuerpos. Como un Yogi o una Yoguini, es importante que recordemos que la comida que tenemos es un lujo que le hace falta a muchos en el mundo. Es triste ver que el numero de gente que sufre de inanición en el mundo continua creciendo (PDF). Aun en países ricos como los EE.UU. — donde la obesidad es una epidemia — el hambre afecta casi al 12% de la población. En mi opinión, como Yogis y Yoguinis, es nuestra responsabilidad ayudar como sea posible. Una forma de ser responsables es crear con la comida una relación consciente y que exalte la vida.
Hace un par de años, en un seminario de Yoga, la Dra. Gurleen Grewal, hablando de comida y nutrición en Ayurveda, hizo una pregunta sencilla, ¿Cuando debemos tragar la comida que estamos masticando? Las caras de los asistentes indicaban claramente que no teníamos una respuesta clara y lógica. Aunque dimos respuestas variadas, nadie dio con la respuesta que esperaba la Dra. Grewal: tragamos la comida una vez se le ha ido el sabor.
Estas palabras tuvieron un fuerte impacto en mí. Me encanta comer y probar diferentes tipos de comida, pero esas palabras me hicieron pensar que tal vez nunca había sido lo suficientemente consciente al comer como para masticar mi comida hasta que perdiera todo su sabor. Durante los siguientes días me propuse observar con atención mis hábitos al comer. Que sorpresa me dio el notar mi falta de atención al acto de comer, dándome cuenta que en general comía mecánicamente. Por ejemplo, ¡ a menudo levantaba mi tenedor lleno de comida cuando apenas empezaba a masticar la comida en mi boca! En muchos casos sentí que comía sin estar inmerso en la experiencia de comer. Me decepciono ver mi falta de conciencia al comer pues me hizo sentir que no estaba honrando la comida que tenia el privilegio de comer.
Decidí tratar de hacer este cambio de comer mecánicamente a comer con conciencia. Los resultados fueron favorables inmediatamente pues empecé a percibir muchos sabores que antes no había tomado el tiempo de notar. Otro efecto inmediato fue darme cuenta cuan fácil es reconocer cuando estaba lleno. También fue claro ver que algunas comidas que comía no eran sabrosas ni benéficas. Además, también note que al masticar completamente mi digestión mejoró bastante. Ahora cuando pienso en los incontables efectos de este simple cambio en mi manera de comer encuentro un paralelo con la práctica de Yoga donde tomamos una pausa, observamos con atención, notamos los efectos de lo que hacemos, luego actuamos en una forma que apoya la vida y no es mecánica y finalmente observamos los resultados de nuestros actos. Debo aclarar que no es siempre fácil, o aun posible, poner atención consciente a lo que hacemos, pero el intentar nos ayuda a participar activamente en nuestras vidas.
Tomar el tiempo necesario para comer nos permite honrar la comida que recibimos y nos ayuda a apreciar todo el amor, trabajo, esfuerzo y recursos invertidos en sembrar, cuidar, cosechar y preparar nuestra comida. Los aromas, sabores y texturas de nuestra comida son el resultado de una delicada y compleja danza de vida. Al comer con conciencia, además de disfrutar los innumerables sabores, aromas y texturas, estamos celebrando nuestro vínculo profundo con las fuentes de nuestro alimento y con la danza de la vida.
En los últimos dos años he hablado con muchos familiares y amigos acerca del “Yoga del comer”, en otras palabras, de comer concientemente, masticando la comida hasta que pierde todo su sabor. En general, la mayoría de la gente con la que he hablado, incluyendo aquellos que dicen que les encanta la comida, (a no ser que sean parte del movimiento Slow Food) no ponen mucha atención a como comen. Hacer este cambio, sencillo y gratuito, en nuestro ritmo al comer desafía nuestros hábitos profundamente arraigados. Este simple cambio requiere nuestra atención, y esto es de lo que se trata el Yoga: integrar nuestras acciones y establecer un vínculo con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
El “Yoga del comer” nos llama a establecer una relación conciente con nuestra comida; es una transformación que puede tener un impacto profunda en nuestra alimentación y como comemos. Los efectos de este cambio varían desde lo individual (por ejemplo nutrición y salud) hasta lo social, incluyendo la economía, el medio ambiente y la salud publica. Al nivel individual hacer este cambio puede ayudar a relajarnos y a disfrutar mas nuestra comida mientras que amplia nuestra sensibilidad al sabor mostrándonos las comidas que nos caen mejor, mejorando nuestra digestión, ayudándonos a caer en cuenta de cuando estamos satisfechos y tal vez dándonos razones para estar agradecidos por tener comida en nuestra mesa.
He encontrado una variada cantidad de recursos en inglés (puedes usar un programa de traduccion gratuita en línea) que ayudan en el proceso de pensar y aprender acerca de nuestra relación con la comida. Por ejemplo, el clásico tratado de Brillat Savarin, la Fisiología del Gusto, describe en minucioso detalle variados aspectos del gusto. Puede ser interesante leer acerca del Gran Masticador, Horace Fletcher y su dogmático punto de vista respecto al comer. También puedes preferir la concisa claridad de la obra de Fisher y Fisk acerca de la masticación o las claras explicaciones del Dr. Kennedy de varios mitos relacionados con la comida. También puedes disfrutar unos consejos de nutrición desde el punto de vista Ayurvedico que parecen bastante razonables. Hay dos libros muy interesantes, desafortunadamente solo disponibles en ingles, acerca de las intrincadas relaciones entre nuestra alimentación y múltiples practicas sociales, económicas y políticas como el libro de Michael Pollan The Omnivore’s Dilemma: A Natural History of Four Meals y Animal, Vegetable, Miracle: A Year of Food Life. de Barbara Kingsolver.
Comer, como cualquier práctica de Yoga, es un acto simple que puede ser transformado por nuestra consciencia.
Espero que disfrutes completamente tu próxima comida.
Namaste.
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