Yoga, consciencia y tendencias
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Dos necesidades fundamentales y una meta
¿Qué necesito? y ¿cuál es mi principal objetivo? Estas dos preguntas son excelentes herramientas para ayudarnos a explorar las profundidades de nuestro ser, no solo como un ejercicio abstracto, sino también para tener una mayor claridad sobre nuestras motivaciones y como dirigirlas de forma útil y significativa. Al contemplar nuestras propias y sinceras respuestas a estas preguntas, también podemos identificar maneras específicas de ponerlas en práctica, así como también cómo reconocer las formas en que nos desviamos de nuestra meta.
Comencemos con la primera pregunta, ¿qué necesito? Miles de palabras han sido escritas y habladas al tratar de responder a esta simple pregunta. Yo diría que la mayor parte de lo que creamos como humanos está dirigido a satisfacer lo que percibimos como nuestras necesidades. Hace casi veinte años tuve la fortuna de tener una sesión con un profesor de yoga independiente en Haridwar, India. Durante nuestra sesión me preguntó si sabía por qué había más personas interesadas en el yoga en los Estados Unidos que en la India. Su hipótesis era que, en la India, muchas personas todavía estaban tratando de satisfacer sus necesidades más básicas, como vivienda, comida, ropa y una fuente de ingresos regular. Por lo tanto, no podían dedicar mucho tiempo o energía a actividades más allá de este nivel básico de supervivencia. Argumentó que, en los Estados Unidos, debido a que había más personas más allá de ese nivel de supervivencia básica, podían dedicar tiempo, energía y recursos a descubrir quiénes eran y de qué se trataba su vida, a través del yoga, así como a través de muchas otras vías. Aunque aparentemente simple, su perspectiva tiene sentido, y también parece correlacionarse con ideas sugeridas por académicos en diversos campos. Me imagino que, si estás leyendo o escuchando esto, tus necesidades básicas están satisfechas y que puedes permitirte invertir algo de tiempo y energía en explorar las profundidades de tu vida interior.
¿Qué necesitas?
Nuestra primera necesidad fundamental
En el ejercicio Regresando a tu naturaleza, nos conectamos a una frase simple: “Siento apoyo. Siento protección. Siento nutrición. Soy Feliz”. Las primeras tres declaraciones en esta herramienta mental (mantra) están dirigidas a reconocer que nuestras necesidades materiales están satisfechas, al tiempo que insinúan las necesidades fundamentales que tenemos de sentirnos emocionalmente seguros y plenos. Te invito a considerar la cuarta declaración en el mantra, soy feliz, como el resultado natural de las primeras tres declaraciones. En otras palabras, cuando se satisfacen nuestras necesidades básicas y sentimos apoyo, protección y nutrición, es más probable que sintamos que podemos satisfacer nuestra primera necesidad fundamental, expresar nuestra singularidad. En mis conversaciones con muchas mujeres que tienen hijos he aprendido que cada madre sabe que su hija o hijo tiene su propia personalidad casi desde el nacimiento, tal vez incluso durante la gestación.
Sabes que no hay nadie más como tú. De hecho, es imposible que alguien más sepa exactamente como es la experiencia de ser tú, incluyendo lo que sientes, cómo percibes, lo que piensas y cómo las emociones se expresan internamente en ti. Del mismo modo, no importa cuán cerca esté de alguien, o qué tan bien creo que les conozco, nunca podré saber exactamente cómo es su experiencia de vida. Cada uno de nosotros es único. Y nuestra primera necesidad fundamental es sentir esa singularidad y expresarla. Volviendo al mantra, la cuarta declaración, “Soy Feliz” es el deseo y el resultado de expresar nuestra singularidad de manera significativa.
Nuestra segunda necesidad fundamental
¿Alguna vez te ha pasado que tienes una experiencia significativa cuando algo que presencias crea una profunda ola de emoción en ti? ¿Has notado cómo uno de nuestros primeros impulsos en el resplandor de tal evento es compartir esa experiencia con alguien más? Por ejemplo, en momentos difíciles, como cuando estás pasando por un momento o experiencia desafiante, sientes que surge un fuerte vínculo entre tú y las personas que están pasando por esa experiencia contigo. Es similar a momentos en los que ves una puesta de sol magnífica o una bandada de cientos o miles de pájaros que vuelan juntos en una danza elegante en constante cambio, y sientes la necesidad de compartir esa experiencia con otra persona. Somos seres sociales.
Tenemos una tendencia natural a conectarnos con los demás. Pero no es solo que nuestra fisiología crea la posibilidad de ser sociales, es importante para nosotros sentirnos conectados con los demás de manera significativa. De hecho, incluso cuando se satisfacen nuestras necesidades básicas, es difícil sentirnos alegres cuando nos sentimos aislados. Esta es nuestra segunda necesidad fundamental: necesitamos conectarnos con otras personas de una manera significativa. Piensa en esto por un momento. Cada vez que algo importante te sucede, independientemente de que sea bueno o malo, quieres compartir tu experiencia con alguien importante en tu vida. Por ejemplo, cuando logras algo, quieres que tus seres queridos compartan esa felicidad contigo, y si no hay nadie disponible en ese momento, incluso puedes sentir que algo de tu logro está disminuido.
Una meta
¡Realmente es increíble que haya tantas posibilidades para vivir nuestras vidas! Parece que la gama de opciones continúa expandiéndose todo el tiempo. Por ejemplo, muchas de las ocupaciones en el mundo ahora pueden no haber sido necesarias, o incluso posibles hace unas décadas. Y algunos de los trabajos que existían en el pasado ya no son viables. Es posible que muchos trabajos actuales no existan dentro de unos pocos años. Cuando prestas mucha atención, puede llegar a ser obvio que las opciones que están cambiando frente a nuestros ojos, son las opciones sobre qué hacer. Sin embargo, puede ser evidente que las posibilidades de cómo estar en el mundo pueden no ser diferentes en absoluto. Al menos desde la perspectiva del yoga, el objetivo más importante es estar presente encarnando la consciencia dondequiera que estemos. Esto no cambia.
A lo largo de nuestras vidas, nuestra relación con nuestra propia consciencia puede fluctuar, a veces estamos presentes, mientras que otras veces nos enredamos en la telaraña de nuestros pensamientos, creencias y preferencias y confundimos todas nuestras ficciones internas con nuestra verdadera naturaleza. Incluso podemos preguntarnos, ¿por qué encarnar la consciencia?
Cuando modulamos nuestras maneras de ser, notamos las sutilezas de la consciencia. Por ejemplo, notamos que la consciencia siempre es continua y sin prejuicios. De hecho, es la experiencia directa de nuestra consciencia clara lo que nos permite reconocer nuestras propias tendencias naturales. Bajo las tendencias que desarrollamos en nuestras vidas hay algunas tendencias esenciales en la consciencia, como nuestra orientación constante (consciente e inconsciente) hacia sentirnos en paz, a gusto y completos. También existe nuestra tendencia natural a alejarnos del dolor y el sufrimiento. Algunas tradiciones ven estas tendencias como bondad y compasión. A medida que cultivamos nuestras tendencias naturales, notamos que pueden guiarnos a ser una expresión auténtica de nuestra propia singularidad, lo que satisface nuestra primera necesidad fundamental de expresar nuestra singularidad. Además, nuestras tendencias naturales nos dirigen a relacionarnos con los demás con bondad y compasión y así satisfacemos nuestra segunda necesidad fundamental, la conexión social. El objetivo del yoga, que yo diría se alinea perfectamente con nuestro objetivo principal en la vida, es usar nuestra consciencia para mejorar la calidad de nuestra participación en nuestras vidas al expresar nuestra singularidad con bondad y compasión hacia nosotros mismos, hacia las personas que nos rodean y hacia todo lo que existe. Cada uno de nosotros puede encontrar muchas posibilidades para honrar nuestra singularidad y relacionarnos con los demás, sin importar quiénes creemos que somos, sin importar dónde estemos, sin importar cuál pensemos que es nuestro trabajo.
Esta semana te invito a reflexionar sobre estas ideas:
¿Cuáles crees que son tus necesidades básicas?
¿Cuáles son tus necesidades fundamentales?
¿Es posible que las dos necesidades fundamentales de las que hablamos en este episodio coincidan con tus necesidades fundamentales?
¿Cómo reflejan tus pensamientos, intenciones y acciones estas necesidades?
¿Cuáles son las relaciones entre tus objetivos personales y tus necesidades básicas?
¿Cómo se relacionan tus objetivos personales con tus necesidades fundamentales?
¿Si tuvieras que escoger solo un objetivo para tu vida, que escogerías?
En los episodios siguientes, profundizaremos nuestra exploración de estas ideas.
Si prefieres escuchar el podcast:
Este es un fragmento del libro Desenreda el hilo: Cómo poner en práctica la antigua sabiduría del yoga para vivir una vida feliz
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