Aprendiendo a Confiar (o Como encontrar tu maestro interior)
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noviembre 19, 2019Estoy feliz de no ser bueno en predecir
El yoga puede ser entendido como el estado y las técnicas para encontrarnos con nosotros mismos en el momento y lugar en donde estamos. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, cada vez que tratamos de encontarnos a nosotros mismos, nos damos cuenta que es difícil estar completamente presentes porque nuestra mente está preocupada con una lista interminable de pensamientos, ideas, planes, recuerdos, arrepentimientos, miedos, etc. En otras palabras, es difícil para nosotros estar plenamente inmersos en el momento porque nuestra mente está llena de otros asuntos aparentemente más importantes o urgentes. Por ejemplo, cada vez que tratamos de practicar algún técnica de yoga, posiblemente nos damos cuenta que nuestra mente tiende a continuar haciendo lo que estaba haciendo antes, y que toma tiempo dejar atrás nnuestras acitvidades previas. Es importante recordar que esto es absolutamente normal, sobre todo si tenemos en cuenta que hemos estado entrenando nuestra mente a estar pendiente de una cantidad de cosas innumerables.
Por supuesto, cada vez que nos damos cuenta de que tan distraís;dos estamos podemos escoger sentirnos frustrados por nuestra falta de control mental. Otra opción ofrecida por el yoga podría ser tratar de observar en que estamos invirtiendo nuestra atención y energía. Una vez que identificamos esta tendencia o patrón, podemos determinar si es útil o no. Si la actividad nos ayuda a sentirnos más equilibrados, vibrantes e integrados, podemos optar por mantener el patrón. Por otro lado, si la tendencia no es útil podemos tratar de notarla y dejarla a un lado.
Una tendencia fascinante que he notado en mi manera de pensar y actuar es el hábito de predecir lo que va a suceder. Al darme cuenta de cuan frecuente este patrón es para mi, decidí observar con curiosidad para explorar el patrón y para establecer, a través de mi propia experiencia, si esta tendencia a predecir contribuye o no a mejorar la calidad de mi participación en mi propia vida. Encontré que nunca he podido predecir el futuro con exactitud. Incluso cuando se trata de algo simple, como tratar de predecir lo que ocurrirá en un par de horas, me doy cuenta que realmente no tengo talento para predecir en absoluto. Cuando miro hacia atrás, soy muy consciente de que yo nunca habría sido capaz de predecir mi vida y cómo se ha desarrollado.
Además, la tendencia a querer predecir cómo las cosas van a salir, tiene efectos secundarios indeseables. En primer lugar, predecir genera expectativas, o sea que cambiamos al modo de pensar “debería”. Una vez, pienso que sé lo que va a suceder, me doy cuenta que mi mente comienza a generar ideas acerca de lo que “debería suceder.” Esto sería una consecuencia lógica y útil, si mis predicciones fueran acertadas. Pero, repito, predecir no es mi fuerte en absoluto! En segundo lugar, cada predicción fácilmente genera una suposición de que, “dado que creo que sé lo que va a pasar, yo no necesito a prestar atención.” Por lo tanto, la predicción también se convierte en una receta para no estar presente, y el no prestar atención conlleva no darme cuenta de las conexiones entre mis acciones y sus efectos.
Al considerar esta simple idea: tengo una tendencia a predecir qué va a pasar, me di cuenta que no soy bueno para eso. Por otra parte, también noté que mis predicciones generan expectativas y sus frustraciones , así como una tendencia a no estar presente. Esto es claramente un patrón, de hecho un hábito, que es indudablemente inútil, y, honestamente, una forma de jdesperdiciar mi energía. Por lo tanto, he estado en el proceso de cambiar este patrón, primero prestando atención y dándome cuenta cada vez que trato de predecir el futuro. Cuando me doy cuenta, hago una pausa, respiro y me acuerdo que no tiene sentido hacer algo que nunca ha funcionado. Hasta el momento, parece estar funcionando, y la energía que yo no pierdo en la predicción y la frustración está disponible para estar más presente en todo lo que estoy haciendo. Por supuesto, como con cualquier otro hábito cultivado durante un largo tiempo, hay una tendencia a regresar al modo de predicción, sobre todo cuando estamos distraídos o cansados. En esos momentos, es útil persistir con paciencia y gentileza con nosotros mismos.
Tengo curiosidad, ¿eres bueno en la predicción?
Al continuar esta reflexión, me he dado cuenta que al aceptar completamente que no soy bueno en predecir es realmente esencial para presenciar la novedad y singularidad floreciendo justo frente a nuestros ojos en cada momento de nuestras vidas. ¡ Que increíble regalo! Estoy muy feliz de no ser bueno en predecir.
¿ Y tu, eres bueno en predecir?
Namaste
rubén
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