Simplicidad: Hacer lo que estamos haciendo
noviembre 19, 2019Mente abierta y receptiva
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noviembre 19, 2019Punto Radiante
Práctica Presente
Entre practicantes de Yoga existen a menudo conversaciones muy instructivas (en ingles) acerca del nivel apropiado en la práctica o acerca del balance entre los aspectos físico, mental, y espiritual de la práctica. Pienso que la práctica de Yoga de cada persona refleja sus ideas, cuerpo, emociones, creencias, intereses, etc. Por ejemplo, durante la práctica de asana, la práctica con signos externos más fáciles ver, al mirar con atención a dos personas podemos ver que cada una tiene una expresión de cada postura con diferencias que pueden variar desde lo sutil hasta lo obvio. Además, la práctica de cada persona cambia día a día. Algunos días nos levantamos con mucha energía y sintiéndonos listos para una práctica que presente un reto a nivel físico, mientras que otros días sentimos que quisiéramos quedarnos todo el día en shavasana, la posición del muerto (en ingles). Por supuesto que cada uno está a cargo de su propia práctica, o sea, que somos responsables de tomar decisiones inteligentes y atentas acerca de como debe ser nuestra práctica. Sin embargo, como somos humanos, tenemos la tendencia a querer formulas generales que funcionen en todos los casos y que, por tanto, nos hagan mas eficientes — algo que parece imprescindible en estos tiempos. Desafortunadamente, muchas veces estas reglas generales son atajos con los que evitamos pensar. Por ejemplo, algunas veces una práctica que requiera bastante esfuerzo físico puede ser precisamente lo que necesitamos para sentirnos con energía, mientras que otras veces una práctica restaurativa es lo apropiado de acuerdo con nuestros planes para el resto del día. En cualquier caso, estar completamente consciente de como nos sentimos y que necesitamos es el punto de partida para una práctica presente, o sea para una práctica que sea perfecta para nuestras necesidades del momento.
Tipos de Practica
Una práctica presente no tiene que ser una práctica seria o aburrida. Una práctica presente puede ser bastante divertida y agradable. Un ejemplo excelente de práctica presente es el tipo de Yoga que Erich Schiffmann practica y enseña, a menudo llamada Freeform Yoga – Yoga Estilo Libre. El ofrece una explicación breve en la que dice que en este tipo de práctica, en vez de tener a un profesor diciéndonos que hacer, cada uno aplica su conocimiento, proveniente de su propia experiencia tomando clases, y uno pone atención a la guía interna dándose permiso de hacer exactamente lo uno siente que quiere hacer.
No obstante, si uno se siente atraído hacia una práctica estructurada de una manera diferente, por ejemplo, siguiendo la misma secuencia específica de posturas cada vez, la práctica también puede ser presente o ausente. Hay numerosos ejemplos de práctica de Yoga que es hermosa, presente e intensa siguiendo una tradición con una secuencia de posiciones pre-establecida, como sucede en Asthanga Yoga.
No hay nada intrínseco en el tipo de práctica que la haga más o menos presente, más intensa, más exigente o más placentera. En mi opinión, es la calidad de nuestra participación en la práctica la que determina su profundidad e intensidad. La profundidad e intensidad de la práctica son el resultado del nivel de integración entre el cuerpo, la respiración, la mente y el espíritu.
Punto Radiante
Desde mi punto de vista la práctica es presente cuando alcanza lo que llamo el Punto Radiante. Algunas de las palabras asociadas con la noción Radiante son resplandeciente, luminoso, dichoso y feliz. En nuestra practica de asana, nuestra expresión de cualquier posición se mueve a lo largo de un rango entre suavidad y firmeza, fortaleza y flexibilidad. El Punto Radiante se refiere a todos los aspectos de la práctica, respiración, concentración, esfuerzo físico. Por ejemplo, podemos escoger estar en una postura con mayor suavidad que firmeza, más firmeza que suavidad o podemos escoger el Punto Radiante en el que hay un perfecto balance entre suavidad y firmeza. Es decir, en el Punto Radiante no sobrepasamos nuestras capacidades y habilidades y tampoco nos quedamos cortos en lo que ofrecemos. El Punto Radiante, casi seguramente será diferente de un día al otro, pues cada vez estará afectado por nuestra nutrición, como nos sentimos mental y físicamente, etc. Obviamente, mientras más practicamos una postura, el Punto Radiante cambiará de acuerdo a la evolución de nuestro nivel de habilidad y capacidad. Sabemos que hemos alcanzado el Punto Radiante en nuestra práctica cuando sentimos que tenemos un soporte firme que nos hace livianos, equilibrados, felices y resplandecientes.
La Calidad de Nuestra Atención
Cada uno de nosotros practica Yoga por distintas razones y con diferentes objetivos. Sin embargo, yo asumo que para todos nosotros, nuestra práctica — sea expresada a través de asana, pranayama, Yoga Nidra, meditación o cualquier otra forma — sin excepción de estilo o nivel del practicante, es una práctica que nos equilibra, dá energía y al mismo tiempo nos relaja. La calidad de nuestra atención es lo que impide que nuestra práctica se convierta en una repetición mecánica de técnicas y posturas. Estar presentes en la práctica nos ayuda a desarrollar la sensibilidad necesaria para afinar e integrar los diversos aspectos de nuestro ser para alcanzar el Punto Radiante. Pienso que a esto se refiere Patañjali en el Yoga Sutra II.46: Sthira-sukham-asanam, la postura es, al mismo tiempo, firme y cómoda.
Namaste
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