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Dos mares
El planeta tierra está rodeado por dos océanos, un océano de agua y uno de aire. El movimiento perpetuo de estos dos océanos resulta de la interacción entre la energía del sol y la fuerza de gravedad. El movimiento de estos dos océanos es esencial para la vida. De manera similar, el movimiento de aire hacia adentro y afuera de nuestro cuerpo es una manifestación evidente de la circulación de energía que nos mantiene con vida. Por tanto, no es para nada sorpredente que exista toda una serie de prácticas en el Yoga, conocidas como Pranayama, que tienen como objetivo crear conciencia acerca de la respiración. Tener conciencia de las conexiones entre nuestra respiracion, nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones puede ser útil para entender mejor quienes somos y como actuamos.
La respiración como punto focal
Si entendemos el Yoga como un viaje de auto-descubrimiento que integra las acciones de nuestra respiración, cuerpo, mente y espíritu para poder estar completamente presentes, entonces parece apropiado buscar un punto focal que sirva de pilar y guía para nuestra práctica de Yoga. Uno de mis profesores de Yoga favoritos, Erich Schiffmann, dice en un video espectacular, Ali Mac Graw Yoga Mind & Body ( en inglés ), que la respiración es el elemento más importante en la práctica de Yoga. Ya que nuestras mentes tienden a centrarse en el pasado o el futuro y dada la propensión de nuestros cuerpos a desarrollar hábitos, tiene bastante sentido usar nuestra respiración como ancla de nuestra práctica pues la respiración solamente existe en el presente. Además, el enfocar nuestra atención en la respiración nos recuerda que la calidad de nuestra vida está íntimamente ligada a la calidad de nuestra respiración.
Observar la respiración
La forma más fácil de empezar es simplemente observando nuestra respiración natural y espontánea. Podemos hacer esto fácilmente recostándonos en una manta en el suelo con nuestra espalda confortablemente en el suelo, nuestra cabeza alineada con el resto del cuerpo, nuestras rodillas dobladas y las plantas de los pies en el suelo. Cerrando los ojos podemos concentrar nuestra atención suavemente en los movimientos sutiles de nuestro abdomen subiendo y bajando a medida que inhalamos y exhalamos. No es necesario que hagamos ningún cambio en la manera que estamos respirando; todo lo que tenemos que hacer es observar al respiración y notar las sensaciones, emociones, pensamientos y sentimientos que afloran a medida que respiramos. Podemos hacer esto por unas 8 o 10 rondas (cada ronda está compuesta por una inhalación y una exhalación). Hacer esto puede ser bastante relajante.
Podemos continuar este proceso de exploración de nuestra respiración haciendo nuestra respiración más profunda, pero, por supuesto sin forzar nada. A medida que observamos nuestra respiración podremos notar que algunas veces la inhalación/exhalación no es fluida y pareja y que, por el contrario, se siente bastante irregular y precaria. En estos casos, es bueno respirar más lenta y suavemente hasta que el ciclo de la respiración se siente tan suave y fluido como sea posible. Cuando esto se logra podemos aprovechar para notar de nuevo que sensaciones asociamos con diferentes formas de respirar. Es posible que al profundizar nuestra respiración empecemos a tener preguntas como, ¿Estoy respirando correctamente? ¿Debería empezar mi inhalación en el abdomen o en el pecho?
La integridad de la respiración
Cuando estas preguntas afloran, una forma viable de responderlas (además de preguntarle a nuestro profesor de Yoga) es explorar las opciones que tenemos. Por ejemplo, podemos respirar normalmente durante varias rondas de respiración, iniciando después la inhalación desde el bajo vientre por varias rondas más y poniendo atención a las sensaciones que resultan y luego regresando a la respiración normal. Así podemos experimentar con diversas maneras de respirar, siempre observando atentamente los efectos de cada forma de respirar. A medida que exploramos vamos descubriendo como modificar la respiración para crear diferentes sensaciones.
Un criterio útil para escoger la forma de respirar mas apropiada es que la respiración tenga integridad. En otras palabras, cuando nuestra respiración tiene integridad se siente completa y nos da energía. Cuando la respiración es íntegra, se siente fluida, tranquila, con buen soporte y sin obstrucciones ni sobresaltos. Obviamente, es importante ajustar nuestra respiración a las exigencias de lo que estamos haciendo. Por consiguiente, en algunos casos, necesitaremos que la respiración nos llene de energía mientras que en otras ocasiones será más apropiado que la respiración nos ayude a relajarnos. Eso si, aunque cambien las características de la respiración, en todos los casos debemos sentir que nuestra respiración es íntegra para asegurar que nos ofrece el soporte que necesitamos.
Crear mayor conciencia de las conexiones entre la respiración y como nos sentimos puede ayudarnos a escoger la mejor manera de respirar de acuerdo a las exigencias de cada situación. Espero que estas ideas te sean útiles para explorar tu propia respiración, tu estado de ánimo y tus emociones.
Namaste.
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