Segunda necesidad fundamental
octubre 2, 2023La Consciencia y sus contenidos
noviembre 2, 2023Segunda necesidad fundamental
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noviembre 2, 2023Una meta
Una meta
En los últimos episodios, hemos profundizado en tres ideas simples: que cada uno de nosotros tiene una necesidad fundamental de expresar su singularidad; que cada uno de nosotros tiene una necesidad fundamental de cultivar relaciones significativas con los demás, y que es posible elegir una meta para nuestras vidas. Recuerda, satisfacer una necesidad básica se encarga de las necesidades mínimas para mantenerse con vida. Una necesidad fundamental se relaciona con algo más profundo que contribuye a nuestro bienestar mental y emocional. Estas dos necesidades fundamentales nos proporcionan un sentido de arraigo en nuestra propia naturaleza verdadera (singularidad), así como un sentido de pertenencia (conexión).
¿Por qué una meta? Tener una meta clara puede no parecer necesario, pero sin metas a menudo sentimos que no tenemos rumbo y que nuestra vida no tiene mucho sentido. Además, no tener una meta puede hacer difícil encontrar razones para hacer algo o incluso para mantenerse con vida. Podemos entender una meta como una dirección a seguir. Una meta nos ofrece inspiración y motivación para seguir adelante. Como con cualquier cosa en la vida, cuanto más simple sea nuestra meta, más fácil será evaluar si estamos moviéndonos en esa dirección o si estamos perdiendo el rumbo. Esta simplicidad se ve reforzada por la elección de un meta (en vez de varias) para que sea más fácil recordarla y establecer prioridades claras.
En el episodio Dos necesidades fundamentales y una meta, ya sugerimos una meta: mejorar la calidad de nuestra participación en nuestras vidas. Exploremos este meta con más detalle. Ya hemos sugerido que estar presente es tanto la esencia como la meta del yoga. Estar presente tiene dos aspectos, el aspecto del Ser, cuando estamos en consciencia abierta, presenciando el flujo siempre cambiante de nuestras experiencias; y el aspecto de hacer, nuestra participación consciente en lo que sea que estemos emprendiendo. Estos dos aspectos están profundamente entrelazados y son complementarios, por ejemplo, en nuestros procesos respiratorios, hay una fase más activa, la inhalación que requiere acción, y la fase más pasiva, la exhalación, que en su estado natural no requiere mucho esfuerzo en absoluto. La respiración no funciona si solo hay inhalación o solo exhalación, tanto tu aspecto de ser como tu aspecto de hacer son necesarios para que la respiración suceda y para facilitar muchos procesos metabólicos. Del mismo modo, sabemos que el yoga no nos pide que nos abstengamos de participar en nuestras vidas. Es algo simple y práctico, pues la mayoría de nosotros necesitamos participar en la vida.
Volviendo a este primer aspecto de nuestra meta, estamos eligiendo participar en nuestras vidas. De hecho, nuestra meta es participar en nuestras vidas conscientemente, para que la calidad de nuestra participación sea óptima. En otras palabras, estamos utilizando nuestra consciencia para mejorar la calidad de nuestra participación en todo lo que hacemos. A medida que cultivamos nuestra consciencia, reconocemos que la consciencia expresa tanto atención como apertura. Como resultado, evitamos ser engañados por nuestras creencias y preferencias, y así podemos satisfacer nuestra primera necesidad fundamental, participar expresando nuestra singularidad. Podría ser posible interpretar la singularidad como gestos superficiales para mostrar a los demás que somos diferentes. Sin embargo, la singularidad sugerida aquí nace del reconocimiento de que cada uno de nosotros ya es una expresión única de la consciencia. En otras palabras, no tenemos que demostrar que somos únicos. Este entendimiento nos permite dejar de lado los filtros perceptivos que nublan nuestra consciencia; también nos libera de todas las pretensiones, para que podamos expresarnos auténticamente. Además, ser conscientes en el momento nos ayuda a apreciar la singularidad de cada momento.
Creamos una sola meta, mejorando la calidad de nuestra participación en la vida al expresar nuestra singularidad. Este primer aspecto de nuestra meta nos ayuda a satisfacer nuestra primera necesidad fundamental. El segundo aspecto de nuestra meta de vida se basa en reconocer que no estamos aislados, que cada uno de nosotros siempre ha tenido una relación con todo lo que existe. De hecho, no podemos vivir solos. Después de la pandemia de 2020, quedó más claro que el aislamiento social tiene poderosos efectos negativos a nivel físico, mental y psicológico. A medida que participamos en nuestras vidas, nuestra participación significa que establecemos contacto con otras personas y que, debido a que somos impulsados por nuestra consciencia, podemos reconocer que cada persona que encontramos también es única, y que cada uno de ellos, muy probablemente, está haciendo lo mejor que puede. Incluso cuando reflexionamos sobre nuestras propias vidas, sabemos que hemos cometido muchos errores y que hemos aprendido muchas cosas, lo que significa que nos equivocamos, pero que ahora tenemos mayor conocimiento y claridad que estamos poniendo en práctica. Es lo mismo para todas las personas. En consecuencia, nuestra participación incondicional en nuestras vidas también está satisfaciendo nuestra segunda necesidad fundamental, forjar relaciones significativas.
Revisando nuestra meta: Usar nuestra consciencia para mejorar la calidad de nuestra participación en nuestras vidas al expresar nuestra singularidad con bondad y compasión hacia nosotros mismos, hacia las personas que nos rodean y hacia todo lo que existe. Ten en cuenta que esta meta parece bastante general. Sin embargo, sigue siendo aplicable, podemos ponerla en práctica en cada momento de nuestras vidas independientemente de dónde nos encontremos. Hagamos lo que hagamos, podemos preguntarnos: ¿Cómo está mejorando este pensamiento, intención, acción o interacción la calidad de mi participación en este momento? Ten en cuenta que poner atención a la calidad de tu participación ya insinúa la necesidad de tener una mente abierta, libre de pretensiones y prejuicios. También te invita a tener el corazón abierto, para que puedas mirarte a ti mismo con bondad y compasión. Y, ¿puedes extender tu bondad y compasión a los demás en reconocimiento de que, como tú, también están tratando de ser la mejor versión de sí mismos que pueden ser? ¿Que ellos también están tratando de avanzar hacia sentirse en paz, sanos y equilibrados? ¿Que también están tratando de evitar el dolor y el sufrimiento en sus propias vidas? Entonces, ¿podemos explorar qué sucede cuando mejoramos la calidad de nuestra participación en nuestras vidas? ¿Cómo contribuyen nuestras acciones a mejorar la calidad de la vida dondequiera que estemos?
Si prefieres escuchar el podcast:
Este es un fragmento del libro Desenreda el hilo: Cómo poner en práctica la antigua sabiduría del yoga para vivir una vida feliz
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