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Validar: Estar con lo que es
Cuando intentamos estar presentes encontramos distracciones que pueden indicar resistencia a estar presentes. Una forma de resolver estas distracciones es mediante la validación. Cuando validas, recuerdas que nadie más puede tener la experiencia que estás teniendo porque cada uno de nosotros es un ser único. Del mismo modo, no puedes tener la misma experiencia que cualquier otra persona, no importa cuánto lo intentes. Incluso si estás en el mismo espacio con otra persona, tu punto de vista físico es diferente y los filtros a través de los cuales experimentas cada momento, como tu historia personal, también son únicos para ti. Este paso, después de hacer una pausa y sentir, te ayuda a reconocer que la experiencia que estás teniendo es válida simplemente porque te está sucediendo. Por ejemplo, considera que hay miles de eventos diferentes que tuvieron que suceder de una manera particular para que este momento sea exactamente como es. No importa cuánto poder pienses que tienes, es imposible que una sola persona manipule todo el universo para hacer que este momento sea tal como es. Además, la validación actúa como un recordatorio de que tú tienes validez; que el hecho de que estés con vida confirma innegablemente que hay una razón para tu existencia, incluso cuando no tengas claridad de cuál puede ser esa razón. Validas reconociendo que eres un ser único y que tienes algo único que ofrecer al mundo.
Ver este momento como válido no significa que deba gustarte. En realidad, al ver este momento como una experiencia válida, eliges no forcejear con lo que está sucediendo. Puedes reconocer que estás forcejeando con este momento cuando te das cuenta de que estás pensando cosas como: “Esto no es lo que esperaba”, “Esto no debería estar pasando” o “¿Por qué me está pasando esto a mí?” Validar es tomar una decisión consciente de reconocer que tu experiencia es válida, incluso si lo que estás sintiendo es ansiedad, miedo o felicidad.
Validar tu experiencia también es una forma de dejar de lado la autocrítica. Básicamente, estás llegando a este momento, cualquiera que sea el momento, eligiendo estar con tu vida tal como es y estar contigo misma tal como eres. En este momento, eres testigo de lo que está sucediendo con la mayor claridad posible.
Tómate tanto tiempo como sea necesario para este ejercicio.
En un lugar sin distracciones, encuentra una posición cómoda donde puedas cerrar los ojos y relajarte. Tómate tu tiempo para sentirte realmente a gusto. Date permiso para dirigir toda tu atención hacia tu ser. Trae a tu mente el recuerdo de un evento reciente que te causó una pequeña frustración o incomodidad, tal vez un momento que fue vergonzoso para ti. Recuerda el evento con la mayor claridad posible y trata de enfocarte en lo que estás sintiendo en lugar de tratar de explicar lo que sucedió. Tal vez intenta localizar las sensaciones que este recuerdo provoca en tu cuerpo. ¿Puedes quedarte con lo que está sucediendo ahora mismo y ver lo que sientes como válido? Recuerda que no es necesario que expliques, apruebes o te guste lo que sucedió. ¿Qué se necesita para que consideres lo que está sucediendo en tu entorno interno como un conjunto válido de pensamientos y emociones? Tómate unos momentos para realmente contemplar esta idea. Déjala expandirse por todo tu mundo interior y nota que sucede. ¿Puedes contener la tendencia a comentar y simplemente sentir? ¿Qué pasa cuando tu atención se mantien en las sensaciones: cambian? ¿Cómo?
A veces reaccionamos ante recuerdos desagradables o incómodos, reprendiéndonos. De eso no se trata la validación. En otras ocasiones, podemos tratar de evitar o de corregir lo que estamos sintiendo. De eso no se trata la validación tampoco. Validar es elegir aceptar lo que estás sintiendo. Ten en cuenta que hemos recibido el regalo de poder sentir toda clase de sensaciones. Por ejemplo, imagínate que solo pudieras sentir frio y que no pudieras sentir otras temperaturas. O que tal si solo pudieras sentir unos sabores y no todos los sabores que existen. En tal caso tu vida estaría limitada y sin opciones llenas de potencial. Este ejercicio de sentir algo que te ha molestado y de no enredarte con las muchas historias que podrías crear al respecto, te ofrece una forma de procesar tus experiencias y de estar en paz contigo misma haciendo las paces con tu pasado. Es posible que cuando permaneces concentrado en las sensaciones de incomodidad, ellas pueden perder algo de su potencia. Al continuar enfocada en tales sensaciones, eventualmente las sensaciones se disuelven. Cuando puedes volver a pensar en ese recuerdo sin que te genere reactividad, has dejado que se consuma la carga emocional que ella tenía. Entonces, es solo un recuerdo que has integrado y con el que has hecho las paces. No poder estar en paz contigo mismo en este momento, hace improbable que puedas avanzar hacia una mayor integración. Algunas personas encuentran útil canalizar sus sensaciones internas de incomodidad como una fuente de energía que las impulsa en una dirección más productiva. ¿Que funciona mejor para ti? ¿Qué se necesitaría para que sintieras que tú y tu vida tienen validez? ¿Cómo te sientes cuando ves cada momento como válido, aunque solo sea porque cada momento es el resultado de millones de momentos anteriores? Toma un momento para sentir. Considera crear la intención de notar cuando sientas incomodidad, frustración o irritacion para tratar simplemente de validar las sensaciones que sientes y desde allí actuar conscientemente. ¿Tiene este ejercicio algún efecto en tu habilidad de estar presente? ¿Podría ser útil este ejercicio en ayudarnos a hacer las paces con nuestro pasado?
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Este es un fragmento del libro Desenreda el hilo: Cómo poner en práctica la antigua sabiduría del yoga para vivir una vida feliz
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