2.9 Aferrarse a la vida
mayo 3, 20202.11 La meditación contrarresta las aflicciones activas
mayo 16, 20202.9 Aferrarse a la vida
mayo 3, 20202.11 La meditación contrarresta las aflicciones activas
mayo 16, 20202.10 Disolver aflicciones sutiles
2.10 Las aflicciones sutiles se disuelven cuando la sensación de ser se funde en la consciencia pura.
En el Capítulo Uno del Yoga Sutra, Patañjali ofreció una definición de yoga seguida de una lista de las maneras de ser que nos impiden encarnar la presencia. Entonces, Patañjali sugirió un método para regular nuestras maneras de ser. En este capítulo, Patañjali sigue una lógica similar. Primero, ofrece la definición de acción yóguica con sus objetivos, seguida de una lista de las fuentes de sufrimiento que pueden eliminarse a través de tales acciones yóguicas. El verso 2.4 continúa explicando que todas las fuentes de sufrimiento enumeradas en el verso 2.3 provienen de no recordar quién eres y que estas aflicciones existen en diferentes niveles de manifestación, desde latentes hasta completamente activas. El capítulo continúa sugiriendo formas de regular esas fuentes de aflicción. Estas cinco fuentes de sufrimiento (klesha) enumeradas en el sutra 2.3 están presentes durante todo el día, al menos en cierta medida. Cuando dejas de lado todas tus historias, opiniones e ideas sobre quién eres, así como quién solías ser o quién deberías ser, todas estas aflicciones se disuelven. Esto es lo que sucede cuando estás en un sueño profundo. Para dormir, debes liberarte de tus preocupaciones, planes y listas de tareas por hacer. Una vez que sueltas lo que no necesitas, te quedas dormido y no hay noción de adentro y afuera, yo y los demás. Durante el sueño, se suaviza el control que el egocentrismo, los gustos, los disgustos y las nociones de importancia personal tienen sobre ti. Durante los sueños, algunas de esas aflicciones siguen activas mientras la mente subconsciente trata de darles sentido a tus experiencias, ideas e historias. En un sueño profundo sin sueños, las aflicciones se disuelven. En el nivel más fundamental, no tener claridad sobre quién eres, es decir, la identificación errónea con lo que es temporal, es la fuente de los desafíos que enfrentamos la mayoría de nosotros. Los sutras 2.10 y 2.11 presentan dos formas de resolver estas aflicciones.
Como se menciona en el sutra 2.2, las acciones yóguicas disminuyen las aflicciones. El Sutra 2.3 enumeró los diferentes estados de las aflicciones: latente, débil, intermitente y activa. Este sutra propone una forma de eliminar las aflicciones que se han reducido a un nivel sutil de manifestación. Este proceso de desactivación se llama involución (pratiprasava). La involución se refiere a revertir el proceso de evolución de las aflicciones. La combinación de las ideas en los sutras 1.3 y 1.4 con las de los sutras 2.3 a 2.9 ayuda a comprender mejor este proceso. En tu estado natural (1.3) no hay identificación errónea con tus sensaciones y percepciones (1.4). La identificación errónea es olvidar tu propia naturaleza (avidya en 2.4 y 2.5). La identificación errónea resulta en el desarrollo de un sentido de “yo” como algo separado del resto de la existencia (asmita en 2.6). En consecuencia, el sentido de “yo” desarrolla preferencias en forma de gustos (raga 2.7) y disgustos (dvesha 2.8). Enredado en el sentido de uno mismo y sus preferencias, un sentido de importancia personal crece generando apego a las experiencias encarnadas y el miedo a morir (abhinivesha 2.9).
Recuerda que el proceso del yoga es una invitación a observarte lo más claramente posible, incluida la observación de tus respuestas a todo lo que se te presente. Es probable que estas observaciones revelen algunos patrones (citta vrtti, tus maneras de ser) en tu cuerpo, respiración, mente, emociones, acciones e interacciones. Luego, puedes optar por mantener las maneras de ser que apoyan la presencia y descartar los patrones inútiles, aunque solo sea por unos momentos. Del mismo modo, observar tus patrones de pensamiento, emoción, acción e interacción pueden ayudarte a notar cómo las cinco aflicciones pueden estar ligadas a los patrones que observas. El primer paso en el proceso de involución es aminorar el desarrollo de la noción de importancia personal que se manifiesta como aferrarte a la vida (abhinivesha). Por ejemplo, cada vez que notas tus opiniones, ya sea interna o externamente, puedes preguntarte: “¿A quién le importan mis opiniones?” También puedes reflexionar sobre hasta qué punto ofreces tu opinión para generar un sentido de autoridad e importancia. Se mencionó antes que sentir que estamos ocupados con muchas responsabilidades puede ser una forma de sentirnos importantes. A menudo, esto puede manifestarse como una sensación de que eres indispensable y que el mundo se detendrá si no estás controlando o dirigiendo alguna situación o proyecto. ¿Esto te pasa a ti? Del mismo modo, ¿es posible que creer que puedes controlar el mundo exterior indica un trasfondo de importancia personal?
La segunda etapa en este proceso de involución es notar tu relación con tus gustos (raga) y disgustos (dvesha). Al observar lo que favoreces y lo que evitas, puedes ver las conexiones más profundas entre lo que quieres hacer parte de tu vida y tu sentido del yo. ¿Cuáles son los pensamientos, emociones, movimientos, actividades e interacciones que prefieres? ¿Cuáles evitas o rechazas? ¿Cuáles son las raíces de tus preferencias? ¿Puedes aclarar por qué parece que te gustan algunas cosas? ¿Puedes notar algún patrón en lo que no te gusta?
Otra práctica efectiva consiste en investigar lo que no te gusta sentándote de manera cómoda y relajada, cerrando los ojos y recordando un evento reciente que te causó molestias, vergüenza o inquietud menores. Al sentir esta incomodidad tolerable, probablemente notarás una tendencia a generar historias, opiniones y excusas o una inclinación a ignorar, rechazar o tratar de resolver el “problema”. En su lugar, puedes optar por estar curiosa por sentir las sensaciones que surgen. Esta puede ser una forma poderosa de comprenderte a ti misma y al mismo tiempo de liberarte de algunas de las impresiones y dramas acumulados que la mayoría de nosotros llevamos con nosotros. Esta práctica simple puede proporcionarte información sobre tus maneras de ser y sobre los estímulos que generan reactividad. Esta información puede ofrecerte una forma simple y efectiva de desactivar algunos de esos detonadores.
La tercera etapa es obtener una mayor claridad sobre quién crees que eres (asmita). Recuerda que contemplar las preguntas “¿Quién te crees que eres?” y “¿qué es importante para mí?” te ofrece formas de explorar tu sentido de identidad. Cada uno de nosotros desarrolla una identidad de acuerdo con nuestra educación, familia y sociedad. Nuestra identidad se manifiesta como los filtros que usamos para interpretar y relacionarnos con nosotros mismos, con las personas que nos rodean, con las instituciones y con la sociedad en la que participamos. Aunque podemos pensar que nuestra identidad es bastante fija, nuestra identidad, como casi todo lo relacionado con nosotros, es dinámica, con algunos aspectos que cambian todo el tiempo. Por ejemplo, para la persona que deriva una gran parte de su identidad de su ocupación, perder su trabajo puede desencadenar una crisis existencial, en parte porque se verá obligado a modificar su sentido de identidad. Al igual que perder sus posesiones se siente devastador para la persona que cree que sus posesiones materiales la hacen quien es. En algunos de esos casos, el cambio dramático de ser forzado a confrontar estas creencias profundamente arraigadas puede generar una profunda transformación personal.
Una línea útil de contemplación incluye determinar qué te hace ser quién eres. Luego, intenta conectarte con quien eras antes, cuando tus circunstancias y situación eran diferentes. También puedes imaginar lo que sucedería si tu situación cambiara y algunas de las cosas que te definen desaparecieran repentinamente. Observa cualquier cambio en tu entorno emocional interno. Esta indagación se puede ampliar para explorar los temores y las ansiedades que puedas tener. ¿Hasta qué punto se relacionan tus temores con quién crees que eres o deberías ser? Estos temores y ansiedades también pueden estar relacionados con lo que crees que otras personas esperan o piensan de ti y de tus acciones. Además, nuestras ideas a menudo parecen jugar un papel importante en nuestro sentido de quiénes somos. Sin embargo, puede ser una excelente oportunidad para la reflexión tratar de descubrir el origen de algunas de esas ideas. Es sorprendente cuántas de “nuestras” ideas pueden no haberse originado en nosotros. Finalmente, ¿es posible que la mayor parte de tu sentido de identidad se disuelva al final de cada día, y solo queden rastros sutiles en tu subconsciente?
La última etapa de este proceso de involución se sintetizó claramente en el ejercicio: “¿Cuál es mi verdadera naturaleza?” En esta etapa intentas conectarte con la esencia básica de tu ser, YO SOY. Este enfoque fue insinuado en el comentario del sutra 1.35. Una forma de practicar es sentarte en silencio en una posición cómoda y estable repitiendo en silencio, YO SOY, YO SOY, YO SOY, YO SOY, sin tratar de comentar o generar historias, volviendo una y otra vez a esta declaración esencial sobre ti. Durante estas exploraciones, ten curiosidad por notar cómo tus distracciones habituales e historias internas pueden estar relacionadas con tu sentido de identidad. Una pregunta más para reflexionar: ¿Cuál es el aspecto más sutil de tu ser?
Como de costumbre, otra forma de explorar el significado de este sutra es cantándolo de la manera tradicional con algunas palabras unidas:
2.10 te pratiprasavaheyāḥ sūkṣmāḥ
ते प्रतिप्रसवहेयाः सूक्ष्माः ॥१०॥
Otra opción es cantar cada palabra en el sutra individualmente:
- te
- pratiprasava
- heyāḥ
- sūkṣmāḥ
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